martes, 3 de abril de 2012

CALDERETA DE BOGAVANTE



Ingredientes para preparar Caldereta de Bogavante


Un bogavante de medio kilo por persona. 
Una cebolla grande. 
2 dientes de ajo. 
Un ramillete de perejil. 
2 puerros. 
2 zanahorias. 
1/2 pimiento rojo. 
2 hojas de laurel. 
1/2 de Cognac o Brandy. 
Patatas (una por persona). 
250 gr. de salsa de tomate natural. 
1 litro de crema de bogavante o marisco. 
Aceite.




Cómo Preparar Caldereta de Bogavante




Para preparar esta deliciosa caldereta de bogavante comenzaremos picando la verdura y el ajo muy finos, junto con las hojas de laurel. Pondremos todo con un poco de aceite de oliva a calentar en una cazuela, a fuego medio, durante 15 minutos. Deberemos remover de vez en cuando, para que pochen bien las verduras. 

Mientras se hacen las verduras cortaremos el Bogavante. Dado que los bogavantes estarán vivos debemos hacer los cortes límpios, para que el animal muera sin sufrir. Los cortes, además, deberemos hacerlos en una superficie que nos permita poder aprovechar el jugo que desprenda, pues este es muy sabroso. 

Podemos cortar el bogavante introduciendo el cuchillo por detrás del final de la cabeza y cortando el tronco, hasta la cola, en dos partes iguales y simetricas. Para luego dar la vuelta al bogavante y cortar la cabeza en dos de idéntica forma. Posteriormente, cortaremos el tronco en trozos medianos, aprovechando los anillos del caparazon. Y la cabeza en dos o tres trozos. 

Otra forma, en principio más sencilla, sería cortar el bogavante en rodajas. Comenzando por cortarle la cabeza de un corte límpio. Para luego corta en robajas cada anilla del tronco. Para finalmente cortar la cabeza en dos o tres trozos medianos. 

Independientemente de la forma en que lo cortemos, separaremos las pinzas y las antenas y procuraremos guardar todo el liquido que suelta el bogavante, para poder hacer la caldereta con un sabor más intenso. 

Ponemos los bogavantes en la cazuela, junto con las verduras pochadas y el jugo que hayamos recogido. Los haremos de 4 a 5 minutos, removiendo. Añadimos el brandy o cognac y flambeamos la caldereta. En otro cazo, ponemos a calentar la crema de bogavante o de marisco. Añadimos la salsa de tomate a la caldereta y dejamos que se haga un par de minutos, sin dejar de remover. 

Mientras, pelamos y cortamos las patatas. Para que la caldereta quede más espesa es un buen truco partir la patata al final del corte, para que por la parte que el corte no es limpio suelte patata y esta espese la salsa. Añadimos las patatas y la crema de bogavante. La salsa ha de cubrirlo todo, si no llega la crema de bogavante puedes añadir un poco de agua. Dejamos que se haga de 15 a 20 minutos. La patata será la que nos indique que la caldereta está lista. 

Como podéis percibir este es plato es muy fácil de cocinar y no excesivamente caro, con el mérito de que los invitados a vuestra mesa seguro que lo apreciaran. Importante servir con un buen vino blanco y bien fresco. 

miércoles, 18 de mayo de 2011

LA HISTORIA DE LAS TAPAS

La tapa, para que se pueda considerar como tal, tiene que tomarse entre las comidas principales y como alimento que permite al cuerpo aguantar hasta la comida o la cena.

Aseguran algunos autores que la tapa nació a causa de una enfermedad del Rey español Alfonso X el Sabio, que se vió obligado a tomar pequeños bocados entre horas, con pequeños sorbos de vino. Una vez repuesto, el Rey Sabio dispuso que en los mesones de Castilla no se despachara vino si no era acompañado de algo de comida, regia providencia que podemos considerar oportuna y sabia para evitar que los vapores alcohólicos ocasionaran desmanes orgánicos en aquellos que bebían, quienes, en la mayoría de las ocasiones, no tenían suficiente pecunio para pagarse una comida con abundancia proteínica y en condiciones.
 
La anécdota de la indisposición real puede dejarse de lado, si nos inclinamos más por considerar que la tapa nació, en realidad, de la necesidad de agricultores y trabajadores de otros gremios de ingerir un pequeño alimento durante su jornada de trabajo, que les permitiera continuar la tarea hasta la hora de la comida.

Comida principal, ésta, abundante sobre todo en grasas, que dejaba el organismo bastante ocupado en digerirla, como para reanudar la dura tarea en el campo o en el taller y obligaba al sesteo, al descanso que facilitase la digestión, por lo que el trabajo quedaba paralizado unas horas. Cuanta más tarea se realizase en las horas matutinas, antes de la comida, menos habría que realizar después de la digestión.

El tentempié exigía vino, porque el alcohol aumentaba el entusiasmo y las fuerzas, y en invierno calentaba el cuerpo para afrontar los rigurosos fríos del campo o del taller medieval. En verano, la bebida del tentempié del Sur era el gazpacho, en lugar del vino, ya que éste provocaba sofocos inconvenientes a un organismo que más necesitaba refresco que calor.

Este tentempié se convierte en „alifara" en el Norte, Aragón y Navarra; y en el Pais Vasco, con el correr de los tiempos, empezó a denominarse „poteo", porque exigía „potes" de vino en su ritual.

Cuando en toda España se generalizaron las „botillerías" y „tabernas", la provisión del Rey Sabio continuó vigente. Y, por esta razón, el vaso o jarro de vino se servía tapado con una rodaja de fiambre, o una loncha de jamón o queso, que tenía dos finalidades: evitar que cayeran impurezas o insectos en el vino y facilitar al cliente empapar el alcohol con un alimento sólido, como aconsejaba Alfonso X. Éste fue el origen del nombre de esta tradición española tan arraigada, la tapa, el alimento sólido que tapaba el vaso de vino.

Así se generalizó en toda España la tradición de la tapa, que continua arraigada en nuestros días y que, incluso, ha sido adoptada y disfrazada en otros países.

No otra cosa que una sólida tapa es el almuerzo que los norteamericanos ingieren al mediodía, para continuar su jornada laboral intensiva hasta media tarde, que les permite aguantar con un frugal alimento hasta la hora de la proteínica cena. Costumbre la del frugal almuerzo que en Europa sigue sin implantarse del todo, a pesar de la norteamericanización del sistema de trabajo.

En el Viejo Continente se conserva la costumbre de las tres comidas principales: desayuno, almuerzo y cena.

La larga distancia entre el desayuno, casi en la madrugada, y el almuerzo - o comida -, a primeras horas de la tarde, sigue obligando, no obstante, en algunos países mediterráneos, al tentempié, a l'apéritif o a la tapita, que proporciona también momentos para la necesaria tertulia o para el cambio de impresiones sobre el quehacer laboral.

La bebida que tradicionalmente acompaña a la tapa es el vino, ya sea peleón o de reserva propio de cada región: el txakolí joven en el País Vasco, el vino del Penedés o el cava en Cataluña, el ribeiro en el noroeste, el vino joven de Valdepeñas o de Rioja en Castilla y el centro o el jerez fino en el Sur. En Asturias y en zonas vascongadas, donde la manzana abunda, el vino se sustituye por la sidra.

Las recetas de las tapas difieren según los gustos y tradiciones gastronómicas de cada región. Pero, habitualmente, las aceitunas, en sus muchas variantes, los frutos secos y los fiambres están presentes con mayor frecuencia.

A partir de aquí, la tapa se ha impuesto con otras muchas elaboraciones, abandonando la mayoría su condición de alimento principal (que en la Edad Media y épocas de penuria se completaba con pan) para pasar a ocupar, definitivamente, la de aperitivo.

Las aceitunas verdes, de „manzanilla", machacadas, gordales, rellenas, aliñadas o deshuesadas, podrían por sí solas ocupar todo un tratado de la tapa.

Junto a ellas, también se han universalizado los rodajas de chorizo o de lomo embutido, las lonchas de queso o de jamón curado, que a fin de cuentas son el origen de la „tapadera" del jarro de vino medieval.

Y a partir de estos ingredientes seculares, el recetario del tapeo abarca toda clase de alimentos: la carne, el pescado, las verduras, los huevos y cualquier otro producto pueden formar parte del mundo de la tapa.

Los fritos se impusieron sobre las salsas, salvo en algunas pequeñas excepciones: los boquerones, calamares, salchichas, buñuelos, croquetas, patatas y torreznos forman parte del mundo de las tapas de fritura; los guisos de cazuela también lo hicieron, como pueden ser los callos a la madrileña, las berenjenas de Almagro o las alubias aliñadas. Y finalmente, las recetas seculares como la tortilla de patatas, los buñuelos de bacalao, las croquetas y los escabeches quedaron como platos obligados a la hora del aperitivo que, acompañados de cualquier ensalada, podían sustituir perfectamente una comida completa.

A estos tentempiés tradicionales hoy hay que añadir las nuevas tapas surgidas, alguna de recetas que hasta ahora se reservaban solamente a mesa con cubierto y mantel, como la paella o las patatas guisadas con carne; y otras, de recetarios foráneos que han acabado incorporándose al tapeo español los canapés de pescados ahumados, patés o caviar, los rollos chinos rellenos de verdura, los pescados ahumados nórdicos, las salchichas alemanas, los quesos fundidos suizos y franceses y los pasteles o patés de Centroeuropa.

El tapeo puede incluso, reemplazar el almuerzo o la cena si la cantidad y la variedad de tapas basta para satisfacer el apetito.

Pero sin duda el aspecto más singular del tapeo reside en su carácter colectivo, y en el hecho de que los comensales asumen la verticalidad en este miniágape al que se quiere dar, paradójicamente, una informalidad ritual.

La elegancia del tapeo, la estética del rito, reside en una especie de demostración de indiferencia hacia la mesa y la silla, y hacia la propia comida que, aunque delicada y sabrosa, se toma de pie y en proporciones mínimas, rechazándose para esta ocasión el verbo „comer" para utilizar el de „picar" que pertenece al mundo de los pájaros.

Se da prioridad en el tapeo al discurso y al gesto. No cabe la demostración de glotonería ni la de materialidad. El arte de comer de pie tiene apariencias casi sacramentales.

Las tapas son una parte muy característica de la culinaria española que parecía intransferible o inexportable a otras culturas, pero que se ha hecho popular en todo el mundo.

!Como no! El tapeo sería sin duda alguna la mejor fórmula de „fast food" si no requiriera pausa y tiempo para practicar con española elegancia el arte de comer de pie.

Madrid, 1999
Y. V. Fadón

Fuentes:
"Tapas, pinchos y tentempies" por Emilia Gonzalez Sevilla
"El libro de oro de las Tapas" por Itos Vázquez

domingo, 15 de mayo de 2011

REPOSTERIA FRANCESA "C´EST LA VIE"


C`est la vie:

Elaborado y delicioso postre de origen francés a base de maracuyá; francia es el país donde se encuentra la  mejor repostería del mundo. De todos es sabido las grandes dotes que tienen los pasteleros franceses. Si no  tienes tiempo o no te atreves a elaborar este magnifico postre, siempre tienes la opción de acudir a la Pastelería Lambert en Valencia, posiblemente no tendrán "C'est la vie", pero seguro que te llevaras alguna de sus especialidades francesas para poder agasajar a tus comensales. Saludos; Mickey Requena

Ingredientes:    
Esfera de caramelo:
500 gr. isomalta
10 gr. agua
Aire de maracuyá y tomillo:
350 gr. leche.
150 gr. jugo de maracuyá.
c/n lecitina de soja.
c/n tomillo alimonado.
Cremoso de maracuyá:
500 ml. leche.
500 ml. jugo de maracuyá.
250 gr. azúcar.
12 un. yemas.
80 gr. fécula de maíz.
Gel de maracuyá:
8 gr. gelatina sin sabor.
200 ml. jugo de maracuyá.
40 gr.de agua.
Crocante de chocolate:
100 gr. fondant.
65 gr. chocolate semiamargo.
65 gr. glucosa.

Procedimiento:
Esfera de caramelo:
Llevar la isomalta y el agua al fuego hasta que alcance 170ºC. Estirar sobre silpat para que la temperatura ºC descienda, hacer pliegues con la ayuda silpat y guantes de caramelo, hasta formar una masa homogénea. Estirar nuevamente con la ayuda de guantes hasta que tome brillo. Con una pipeta incorporar el aire hasta formar la esfera deseada (en caso de enfriarse el caramelo durante el proceso, calentar en microondas).
Cremoso de maracuyá:
Llevar a ebullición la leche y jugo de maracayá con la mitad de azúcar. En un bol, mezclar las yemas con el azúcar y la fécula de maíz. Mezclar en el fuego con la preparación anterior una vez que alcance la textura deseada retirar del fuego y reservar.
Gel de maracuyá:
Hidratar la gelatina con el agua y agregar el jugo de maracuyá. Colocar en el molde, dejar enfriar.
Crocante de chocolate:
Cocinar el fondant y la glucosa hasta los 156ºC. Incorporar el chocolate y dejar enfriar. Una vez que temperatura ºC comenzó a bajar colocar en una manga, estirar sobre silpat y moldear en forma de spaghetti (en el momento de servicio espolvorear con el cacao amargo).
Aire de maracuyá y tomillo:
Realizar una infusión con todos los ingredientes. Colocar la preparación en un vaso, con la ayuda de un mixer trabajar hasta conseguir el “aire”. Esta preparación se realiza en el momento de servir.
Presentación:
En la base del plato colocar una lámina de gel de maracuyá. Realizar pequeños huecos para introducir el cremoso de maracuyá y tomillo. Decorar con el crocante de chocolate.

sábado, 14 de mayo de 2011

LOS MEJORES VINOS DEL MEDITERRANEO


Cierto es, que mi amigo el enólogo Juan Ferrer (Hugonote), tiene un paladar exquisito, pero estos vinos que ha catalogado como los mejores del Mediterráneo,  tienen unos precios casi prohibitivos, por lo menos para los que nos consideramos humanos. Siempre digo, que en el equilibrio esta la bondad de un excelente vino (calidad / precio). Pero si podemos, por que no darnos el gustazo. Saludos; Mickey Requena.


Evidentemente un titulo tan pomposo como este, no puede ser cierto, quería decir que estos doce vinos son los que más me gustan a mí. Espero que los disfrutéis en la mejor compañía. El vino si no se comparte es solo eso, vino. Si lo acompañas de amigos, es alegría, emoción, es pasión, es vida, es……….. Mediterráneo. Juan Ferrer (Enólogo)

Grans Muralles de Miguel Torres D.O. Conca de Barberà
Excepcional finca situada cerca del Monasterio de Poblet en Tarragona, donde se ha realizado una impagable labor de recuperación de las variedades autóctonas: Monastrell, Samsó y Garró, conforman este prodigioso vino tinto de nítidos aromas mediterráneos: tapenade, jara, garriga, romero, pitchpin y cassis adornan su rotunda paleta aromática. Un vino imprescindible en la colección de todo Enópata.

Fondillón Gran Reserva 1980 de Salvador Poveda  Alicante
Más de veinte años de crianza en grandes fudres de roble “monovero”, han conseguido armonizar aunque no doblegar a este mítico vino valenciano, sin duda el que más larga historia atesora de todo el mediterráneo, elaborado con una de las variedades reinas del mediterráneo, la Monastrell.
En este caso la variedad es conducida en vaso y muy vieja, nos ofrece un suntuoso vino rancio de postre, con aromas del pasado: Mueble viejo, fruta escarchada, dátiles, azúcar tostada, caramelo, canela, nueces, bollería tradicional, especias orientales y elegantes barnices.
Nada, absolutamente nada, acompañará mejor que un fondillón al mítico queso azul inglés: El Stilton.

Molino Real Mountain Wine  Moscatel de las Sierras de Málaga
Sin ningún género de dudas estamos ante el mejor moscatel español y uno de los mejores de todo el mediterráneo, que es mucho decir. Pues este es su hábitat favorito.
Gracias a la beatifica influencia mediterránea sobre estos viñedos de montaña, situados entre las sierras de Tejada y Almijara, es posible elaborar este magnífico vino elaborado con Moscatel.
Sus voluptuosos aromas comienzan siendo minerales, que delatan la pronunciada inclinación de los viñedos, miel, cera de abejas, melocotón de viña, piel de naranja, almizcle, polen y flores blancas son sus armas. En la boca es un vino graso y agradable, dulce, redondo y largo, perfecto para degustar junto a una fuente de frutas amarillas.


Coteaux du Vernon de Georges Vernay en Condrieu  Ródano
Apenas dos hectáreas de “Gorré” (suelo granítico degradado), nos ofrecen uno de los mejores vinos blancos del mundo, elaborado por Christine Vernay con la variedad Viognier, endémica de Condrieu. Conducida en estacas, dispuestas sobre uno de los viñedos aterrazados más inclinados de toda Francia.
Todo en este vino rezuma elegancia y armonía, Christine, que estudio historia del arte en Florencia, ha aplicado a los vinos, toda su femineidad y su concepto de la belleza.
Sus Viognier, nos recuerdan a una imposible y exótica mezcla de mantequilla fresca, pomelo rosa, albaricoques maduros, melocotón de viña, miel tostada, pan de especias, violetas y lavanda. Su persistencia en la boca es legendaria.
Un arroz marinero suave iría bien con este grandioso vino, pero si queremos hilar fino, nada mejor para acompañarlo que un foie-gras de oca trufado.

Casa Castillo Pié Franco   Jumilla
La quintaesencia del Monastrell mediterráneo, todo en este vino es potente, telúrico y expresivo, con aromas de trufa negra, raíces, minerales, tinta china, regaliz, grosella y ciruelas negras.
En boca es jugoso, carnoso, bien ensamblado, equilibrado, dotado de una acidez marcada y elegante, pero con un indudable atractivo, es goloso y de posgusto mineral prolongado.
En resumen, vino con marcado “terroir” mediterráneo, que posee una nobleza extraordinaria, susceptible de enamorar.
Es un vino apropiado para guisos potentes, carnes rojas y caza, tanto de pelo como de pluma.

Planeta Santa Cecília 2004 Sicilia (Itália)
El genial Enólogo Alessio Planeta, logra con este vino el mejor exponente de la Nero d´Avola siciliana que existe.
Es un tinto del color de las moras negras, con matices negros y azulados, muy cubierto, casi opaco, sus lágrimas tintan la copa y se desplazan lentamente.
En nariz es un vino perfumado, intenso, amable y casi abigarrado, eminentemente frutal, con aromas de pequeños frutos silvestres frescos, como las moras, arándanos, zarzamora, endrinos, grosella negra, cassis, y fresas silvestres.
Leve toque de matorral y un fino aroma de higos frescos y de pimienta.
En boca es todo un prodigio de equilibrio y redondez. Se muestra glicérico e intenso, corpulento, concentrado, con muy buen tacto bucal, además, está dotado de cierta elegancia y frescura, es jugoso y goloso.
El posgusto nos recuerda a las especias, y al tapenade marsellés así como al tomillo fresco de un húmedo día de otoño.
Un guisado de conejo con judías y caracoles sería lo suyo.

Jean Luc Colombo Amour de Dieu 2004 Condrieu Rodano 
Otro gran Condrieu para esta breve selección de vinos mediterráneos, elaborado en su totalidad con Viognier  de cepa vieja y plantada en terrazas.
Fermentación y crianza en barricas nuevas y solamente 1900 botellas para todo el mundo.
Lo cierto es que este vino hace honor a su nombre, es todo un amor.
Es un autentico diamante, pero de color amarillo ambarino y piernas gruesas, sus aromas componen toda una sinfonía: madreselva y albaricoque maduro son solo los primeros, para luego aparecer una sutil crema inglesa, dulce de leche, azafrán, minerales, piel de aceitunas sevillanas (sin vinagre), leche de almendras, chocolate blanco, natillas, flor de jara, retama, vainilla bourbon, hojas de Abdullah (Aquel tabaco rubio egipcio), huesos de frutas blancas, y por fin surge el mediterráneo, con sus aromas salinos, de aguja de pino y balsámicos.
En la boca es un vino corpulento, graso, cremoso, sedoso, dotado de gran persistencia y longitud, su posgustosencillamente apabullantes.
Sin duda, es por originalidad, intensidad, terroir y personalidad, uno de los grandes vinos blancos del mundo.
Si hemos de acompañarlo de algo sólido (no le hace ninguna falta), un Comté viejo, un poco de aceite de oliva virgen, y un pan recién hecho podría ser una opción magnifica, si además nos lo hacemos en un picnic mirando al mar o a las “terrazas del infierno”, como se llaman por mal nombre los bancales de viñedos de Condrieu, pues mucho mejor, si además ese picnic es con la persona amada, pues el tema se va convirtiendo en memorable, y no sigo…….

L´Ermita Álvaro Palacios  Priorat  
Pocos vinos españoles van precedidos de una aureola de prestigio como este L’Ermita, solo Pingus y el sempiterno Vega Sicilia se le pueden aproximar.
La diferencia entre ellos es que L’Ermita es mediterráneo, su nombre alude (además de a una zona, a un vino y a un viñedo del Ródano, donde se “inspiró” Álvaro para bautizar a su vino) a un magnifico viñedo “en coster”,  de cariñenas y garnachas viejas, de apenas tres hectáreas, situado en las afueras de Gratallops, y “sembrado” de llicorellas (pizarra degradada del periodo carbonífero). Con un  “terroir” así, y con el empeño de Álvaro Palacios, puede uno competir con los grandes vinos del mundo.
Sus aromas nos recuerdan a la tinta y a las violetas, a las ciruelas negras y a las moras, al tapenade marsellés y a la trufa negra, a la llicorella donde ha nacido y al mediterráneo.
Su persistencia es épica y su recuerdo embriagador.
Es uno de los grandes vinos del mediterráneo, por tipicidad, autenticidad y trascendencia mundial.
MARC SORREL LE GREAL 2003  HERMITAGE   Ródano
Enri Sorrel, un notario arrepentido, que deja su carrera para dedicarse a la viticultura, cuando su salud mengua, convence a su hijo Marc (ingeniero químico) para que cuide de sus  tres hectáreas en el cielo (léase Hermitage), Marc ante la insistencia y dramatismo de la petición, decide hacerse cargo de la propiedad en 1982, en apenas dos años, su padre y un amigo tratan de legar todo lo que saben a Marc, (son  conscientes del enorme valor de ese trozo de tierra plantada de syrah) Enri Sorrel, además sabe que su final está cerca, tristemente estaba en lo cierto, y fallece en 1984; Marc, su hijo, destrozado por la enorme pérdida, que hasta entonces no se consideraba ni siquiera viticultor, decide consagrar su vida al viñedo que le robó el corazón y la salud a su padre.
El resto es historia. Una bella historia de amor a la Syrah.
Un vino del Ródano de casi 16 grados de alcohol, que roza la perfección, es algo raro, pero Parker, Montgomery, Tanzer y muchos otros “gurús”, lo han declarado como uno de los vinos de su vida. Apenas dos hectáreas y media de viñedo viejo, con una inclinación superior al 60% y suelo de granito degradado, situadas en la colina central de Hermitage dan vida a este magnífico vino, compuesto por un 90% de Syrah y un 10% de Marsanne (una variedad blanca endémica del Ródano).
Todo el proceso de elaboración es manual, desde el laboreo de la viña que lo hace Marc Sorrel, (que cada día va a lomos de su caballo blanco a trabajar un viñedo escarpado y peligroso) hasta la vendimia o el desrapado manual, todo aquí es artesano, nunca filtra ni clarifica sus vinos, y la crianza en barricas ronda los dos años. Apenas elabora 11.000 botellas, que literalmente “vuelan” cuando salen al mercado.
Violetas, lavanda, cassis, pitchpin, regaliz, trufa, moras y arándanos componen su mediterránea nariz. No se puede pedir más tipicidad a un vino del Ródano, pues la tiene toda. Está provisto de taninos macizos y rotundos, aunque jugosos y cremosos, es un vino “negro”, concentrado y potente, de larga guarda, que a veces nos recuerda a un sutil y embriagador Pinot Noir. Es potente y suave al tiempo, y posee un final largo, goloso y embriagador.

MIQUEL GELABERT  SA VALL SELECCIÓ  PRIVADA 
Plá y Llevant   Mallorca
Un compendio de variedades mediterráneas como la Viognier, la Rousanne, la Giró Blanc y la Jaumillo (estas dos últimas endémicas de Mallorca), componen este original vino, elaborado en Manacor por el “desinquieto” y autodidacto Miquel Gelabert, que harto de servir arroces y “mariscás” en un restaurante playero de su propiedad, decidió (sabiamente) orientar su vida hacia la vitivinicultura. Hoy en día, quizá sea nuestro viticultor más mediterráneo.
Apenas de producen 2000 botellas cada año, de este cuidado vino. Selección manual del fruto, fermentación con levaduras indígenas, y posterior crianza sobre lías en roble de Allier y Nevers.
Todo ello nos ofrece un vino de color dorado, con leves tonos verdosos.
Provisto de romas de flores blancas (azucena de río, camelia, jara y espino blanco), bálagos, polen, caramelo de ciruela mirabelle y un leve recuerdo de miel de flores. 
En la boca sus sabores cítricos, de fruta fresca y mantequilla nos embriagan, su volumen es enorme, y su posgusto es de vainilla tostada.
Es largo y equilibrado, y todo en él me induce a acompañarlo con pescados a la brasa, en una cala mallorquina al atardecer.


Arnaldo Caprai Collepiano     Sagrantino di Montefalco    Umbría    Italia
En el corazón de la Umbría, en una de las zonas más bellas de Italia, y curiosamente sin acceso al mar, nace uno de los vinos más originales de todo el mediterráneo.
Está elaborado totalmente (in purezza como dirían los italianos) con una variedad autóctona, llamada Sagrantino, que cuando no se mezcla con otras, produce vinos amparados por la denominación “Sagrantino di Montefalco”
Arnaldo Caprai funda su bodega, tantas veces soñada en 1971, Marco, su hijo primogénito,  se encarga de ella en 1988, acometiendo una importante modernización, en la actualidad la bodega es muy reconocida en Italia, no en vano, en 2001 fueron considerados como loe mejores productores de toda Italia, sus vinos podrían considerarse como vinos de culto, tal es su escasez. Además son los inventores del Sagrantino seco.
Esta bodega lleva más de 35 años de trabajo constante y meticuloso, siempre en busca de la gran calidad, y al mismo tiempo haciendo un enorme esfuerzo en la difusión de la cultura del vino, respetando sus tradiciones y mejorando todo aquello que les circunda, su Sagrantino di Montefalco, es un vino mítico, los viñedos donde se produce este vino, existen desde el siglo primero, ya eran citados por Plinio el Viejo en su Historia Natural, esta variedad fue llevada al Asia Menor por San Francisco de Asís, y allí se le conoce con el nombre de “Sacramenti”.
Fue un vino muy apreciado por los pintores y escultores renacentistas, y también por los papas romanos, que durante siglos no querían otro tipo de vino.
Es un vino de color rojo rubí intenso, con reflejos violáceos.
Su nariz es muy expresiva, y nos recuerda a las ciruelas rojas y negras, a las cerezas levemente tostadas, a la vainilla y a las especias orientales.
En la boca es un vino graso, redondo, potente y aterciopelado, con taninos fundentes y carnosos, que lo hacen agradable e incluso goloso.
En Italia a veces se toman los Sagrantinos como vino de postre, aunque mi consejo es hacerlo con grandes asados, estofados y carnes guisadas, los encontraréis mucho mejor.

Château Rayas   Châteauneuf-du-Pape  Ródano
"Lo que sea bueno para el vino es bueno para nosotros".
Jacques Reynaud
Sin duda alguna, el Château Rayas, “el Rolls Royce de las Garnachas”, es una bodega de leyenda, a pesar de que no existe tal Château y las instalaciones más bien parecen una modesta granja, además, esta bodega es una de las más sucias y desastradas del mundo, junto con Beucastel son las dos bodegas míticas de Châteauneuf-du-Pape en el Ródano. El vino está elaborado al 100% con garnacha tinta, (el único monovarietal de su zona) que vegeta sobre un suelo limo-arenoso, desempedrado totalmente por el abuelo de los propietarios, que aseguraba “a suelo fino, vino fino”, y no iba desencaminado pues el Château Rayas es una de las garnacha más finas y elegantes del Ródano sur.
En esta propiedad que data de 1880, todo es atípico, no se respeta ninguna regla ni ley, y los propietarios actuales y todos sus antepasados, han tenido fama de locos excéntricos, de huraños, de espíritus libres, que no hacen caso ni a burócratas, ni a políticos, ni a leyes ni guías vinícolas, ni a gurús de pacotilla ni a prescriptores de vía estrecha; ellos viven ajenos al mundo circundante, ni siquiera hay indicaciones para llegar a la bodega, y ¡no es nada fácil!, y si consigues encontrarla, lo que te espera es un par de coces, son así de huraños, su fobia hacia la gente, también es legendaria. Su única obsesión es el vino, mejor dicho: ¡Su vino!
Lo que no me parece mal en absoluto claro está.
El viñedo está orientado al norte, pero excepcionalmente protegido por unos bosques que lo circundan, lo que provoca la aparición de un micro-clima muy especial.
Los vinos de Château Rayas son la antítesis de la modernidad; de color claro, cuerpo medio y poca estructura, son vinos dotados de un extraordinario perfume, un raro equilibrio y una capacidad de envejecimiento legendaria.
Lo que desmiente de plano la tan cacareada incapacidad de la garnacha para envejecer.
Apenas se elaboran 20.000 botellas, que los aficionados de todo el mundo nos disputamos con saña cada año. (Casi como los otros aficionados a las “rayas”) Château Rayas es un autentico vino de coleccionista.
Sus aromas (algo perezosos) nos recuerdan al cuero, al regaliz, a las cerezas, a las frambuesas, al kirsch y a la pimienta Sichuan, además de a las rosas marchitas, a la flor de la granada y al pétalo de hibisco rojo.
En la boca es un vino elegante, algo alcohólico (pero que garnacha no lo es) de cuerpo medio, carnoso y muy equilibrado, el posgusto es largo, especiado y floral, tremendamente exótico, voluptuoso, seductor  y original.
Un vino genial, que respetando sus orígenes, no se parece a ningún otro, y ahí radica su principal virtud.

viernes, 13 de mayo de 2011

NOUVELLE CUISINE "FERRAN ADRIA"


Ferran Adrià Acosta (Hospitalet de Llobregat, 14 de mayo de 1962) es un cocinero español considerado durante varios años como el mejor chef del mundo. La revista norteamericana Time incluyó a Adrià en la lista de los 10 personajes más innovadores del mundo en el año 2004. Adrià es chef y copropietario del restaurante El Bulli, situado en Cala Montjoi, en Rosas (Gerona, Cataluña, España), el cual ha recibido las máximas distinciones gastronómicas. Realizó sus estudios básicos en Barcelona y tenía planeado seguir estudiando Ciencias Empresariales. Durante estos años vivió con su familia, Ginés Adriá. Josefa Acosta y su hermano Albert Adriá.

1980 Abandonó los estudios y consiguió un trabajo como friegaplatos en el pequeño Hotel Playafels de Castelldefels, donde se inició en la cocina clásica.

1981 y 1982 Fue a trabajar a Ibiza. Al regresar a Barcelona desempeñó distintos puestos en locales de restauración, hasta que ingresó en el restaurante Finisterre, trabajando hasta que tuvo que ir al servicio militar. Allí formó parte del equipo de cocina del Capitán General.

1983 Desde mediados de 1982 hasta finales de 1983, Ferran Adrià hizo el servicio militar en la Marina, en Cartagena. Durante el verano de 1983 y, siguiendo una sugerencia de otro recluta, decidió pasar su mes de permiso en El Bulli, restaurante del que hasta entonces no había oído hablar. Después de este mes y, a la vista de la satisfactoria experiencia, Ferran apalabró ya su entrada en plantilla para el año siguiente.

1984 Terminado el servicio militar y tras una estancia en un restaurante de Sevilla, Ferran entró como jefe de partida en El Bulli en marzo de 1984. Desde ese momento su carrera estaría unida a El Bulli. En el mes de agosto, Jean-Paul Vinay comunicaba que en octubre dejaba El Bulli para montar un restaurante en Barcelona. En octubre, Ferran y Christian pasaban a ser jefes de cocina.
Ferran y Christian, durante los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero reorganizaron sus planes de futuro. Los días de fiesta, los dos chefs realizaban visitas a otros restaurantes, dentro de sus posibilidades económicas. En 1984 se produjo el primer viaje profesional a Francia, donde comieron en el restaurante de Lucien Vanel, en Toulouse. Más tarde, en un viaje posterior con el doctor Schilling, pudieron visitar grandes restaurantes de alta cocina francesa.

1985 Ferran estuvo con los chefs Georges Blanc y Jacques Pic. Una de las visitas más importantes que se hicieron en aquellos meses fue la que los llevó al restaurante Currito, en Madrid, de donde sacarían la idea para el pichón de perdiz deshuesado en escabeche. Su hermano Albert Adriá se incorpora a la repostería del Bulli.

1987 A principios de 1987 visitan la Costa Azul para conocer algunos restaurantes prestigiosos de la zona. En una muestra para la fundación Escoffier en Cannes, en la tertulia que sucedió a esta demostración, uno de los asistentes le preguntó al gran cocinero francés Jacques Maximin qué era la creatividad. Maximin contestó: "Creatividad es no copiar". Esta frase fue la que indujo el cambio de actitud en su cocina y marcó el paso desde la "recreación" hasta una voluntad firme de incidir en la creatividad.
Hasta el invierno de 1986, El Bulli permanecía cerrado dos meses (del 15 de enero al 15 de marzo). A partir de 1987 la época de cierre se amplió a cinco meses, de mediados de octubre hasta mediados de marzo. Más tarde los cinco meses pasaron a seis (del 1 de octubre al 1 de abril). Aunque hoy parece raro, apenas tenían clientes en ese período, por lo que mantener abierto el restaurante significaba perder dinero. Lo que en principio fue una necesidad, luego se convirtió en una característica fundamental en El Bulli. Sin estos meses de cierre sería imposible mantener el nivel de creación. En enero de 1987, Christian Lutaud dejaba El Bulli para montar otro restaurante. Esto hizo que Adrià tuviera que tomar las decisiones por primera vez en solitario de la cocina y le diese su propio estilo con plena libertad.

1990 Este año se plantea nuevos retos: ir más allá de la guía Michelin. Ahora se interesa por la revista Gault & Millau, fundada por Henri Gault y Christian Millau, quienes habían apoyado y dado nombre a la nouvelle cuisine. Gracias a ella, conoce la existencia de dos cocineros considerados los más vanguardistas del momento, Michel Bras y Pierre Gagnaire y decide ir a conocer su cocina. En 1994 inventa un plato que crea un nuevo estilo: la "menestra de verduras en texturas". Este viaje marcó su manera de entender la cocina. De Gagnaire aprenden que “todo es posible”. Con Bras descubren la sensibilidad, la naturaleza, el respeto por el gusto de cada producto. Esto le marcó un gran entusiasmo y empezó a alternar el estilo autóctono con otro más vanguardista y sin raíces.

1999 En junio de 1999, El País semanal le dedica su portada y un amplio reportaje en el interior, titulado "Ferran Adrià, el mejor cocinero del mundo". Era la primera vez que su restaurante aparecía en primera línea en todos los quioscos de España.

2003-2004 En 2003 Ferran Adrià, ocupa la portada y catorce páginas interiores del suplemento dominical de The New York Times. Poco después, en 2004, el suplemento de Le Monde le dedica su portada y un artículo interior a Ferran. La revista Time lo catalogaba entre las 100 personalidades más influyentes del mundo en todos los ámbitos. Todo esto fue un gran espaldarazo en la proyección pública de Ferran Adrià y El Bulli.

2004 Este año su colaboración con el mundo científico dio otro salto hacia adelante gracias a la Fundación Alicia, de Caixa Manresa y la Generalidad de Cataluña que se dedica a la alimentación y la ciencia (su nombre viene de Alimentación y Ciencia), es decir, a todo lo relacionado con los procesos alimentarios, la salud y la gastronomía, desde un punto de vista social y con fundamentos y métodos científicos. Proyecto en que participan de manera muy estrecha y cuya sede, ubicada en el monasterio de Sant Benet de Bages, abrió sus puertas en 2007. Pretende llevar a cabo una labor no puramente científica, sino social y cultural, con programas para una mejor alimentación y realizando estudios para comprender mejor la historia de la alimentación y la gastronomía, etc.
 
2005 La Universidad Camilo José Cela de Madrid crea la Cátedra Ferran Adrià, que se define como de "Cultura gastronómica y Ciencias de la alimentación". Imparte cursos sobre seguridad alimentaria, nutrición, composición de los alimentos, educación del gusto o creatividad en cocina, entre otras. Así, la cocina llega por fin a la Universidad, algo relevante para el futuro, sobre todo en el terreno teórico. Gracias a los libros de análisis evolutivo redactados por el equipo de El Bulli su participación será relevante.

2006 Este año, El Bulli es elegido por segunda vez mejor restaurante del mundo por la revista The Restaurant Magazine, por un jurado compuesto en esta ocasión, por 500 críticos, cocineros y gourmets de todo el mundo. En Madrid Fusión, sesenta periodistas de diferentes países y especializados en gastronomía, elaboran una lista con los cocineros más influyentes en los últimos diez años encabezada por Ferran Adrià.

2007 Ferran Adrià es nombrado Doctor Honoris Causa, en diciembre de 2007, por la facultad de Química de la Universidad de Barcelona, una distinción hasta entonces inédita: nunca antes se ha concedido a un cocinero. Por tercera vez y por segundo año consecutivo, la revista The Restaurant Magazine otorga el premio al mejor restaurante del mundo a El Bulli, por un jurado compuesto por más de quinientos especialistas. Se publican dos nuevos libros que tratan de El Bulli, bajo los títulos Un día en elBulli, que recoge en 24 horas la vida cotidiana en el restaurante, y El Bulli desde dentro, biografía de un restaurante, una visión personal de la historia de El Bulli del escritor Xavier Moret con el que ganó el premio Sent Soví de Literatura Gastronómica en 2006. La muestra de arte contemporáneo Documenta 12, en Kassel, invita a Ferran Adrià a participe en ella, haciendo que El Bulli, desde cala Montjoi, se convierta en el pabellón G de la muestra, plantean un debate sobre las disciplinas artísticas no museables. Cada día, durante los 100 días de Documenta, fueron a cenar desde Kassel dos personas unión las dos sedes, Kassel y cala Montjoi.

2008. Por cuarta vez y por tercer año consecutivo, la revista The Restaurant Magazine otorga el premio al mejor restaurante del mundo a El Bulli, por un jurado compuesto por más de quinientos especialistas. Recibe el un Doctorado Honoris Causa en Aberdeen, a propuesta del profesor Christopher Fynsk, del Centro de Pensamiento Moderno. Fynsk compara a Adrià con Picasso y Miró por su trascendencia en su disciplina creativa, y señaló que se trata de, "un pensador destinado a renovar la conexión entre la alimentación intelectual y la alimentación sensorial". Se publica A day at El Bulli, en Phaidon, una editorial especializada en libros de arte, y en varios idiomas. Es una nueva versión de Un día en El Bulli, con ampliación de contenido que explica los procesos creativos del restaurante.

2009 Por quinta vez y por cuarto año consecutivo, la revista The Restaurant Magazine otorga el premio al mejor restaurante del mundo a El Bulli.

2010 En la cumbre gastronómica Madrid Fusión, Ferran Adrià anuncia públicamente que su restaurante, El Bulli , permanecerá cerrado al público durante dos años, 2012 y 2013, aunque seguirá abierto como taller de investigación. Durante este periodo, Adrià trabajará con su equipo en dos centros creativos: elBullitaller de la calle Portaferrissa en Barcelona y el propio Bulli, en Cala Montjoi. A partir de 2014 El Bulli se convertirá en una fundación dedicada a impulsar la creatividad gastronómica.
Se espera que Adrià imparta, de septiembre a diciembre de 2010, un curso en la Universidad de Harvard (EEUU) dentro de las actividades de la Fundació Alimentació i Ciència, conocido como Alícia.


Para Ferran Adriá La Cocina es Magia y para mi tu eres el "Mejor Mago". Saludos; Mickey Requena

LIMONCELLO LICOR TRADICIONAL


  
Este licor es fruto de antiguas tradiciones que exaltan los aromas naturales y el qusto de los limones frescos.
De la tradición agrícola artesanal nacen i liquori di agrumi della Costiera, de los que, posiblemente, el más famoso sea el limoncello
. Dicha palabra, que deriva de la voz italiana limone, tiene cuatro acepciones. La primera hace referencia al árbol, es decir, el limonero. La segunda indica una variedad de limón más pequeño y con el sabor menos amargo y la pulpa más jugosa que otras variedades, que es también conocido como limone del paradiso. La traducción en nuestra lengua resulta más que obvia. La tercera acepción de limone se refiere al color, amarillo, como la fruta. Por último, llegamos al significado que más nos interesa, aquel que nos habla de un licor obtenido tras la maceración de cortezas de limones frescos en alcohol, que tras haber sido filtrado, se diluye en un sirope. Aunque se elaboran licores parecidos, balo denominaciones similares en localidades italianas ricas en cítricos, el limoncello es, no obstante, un producto exclusivo de las poblaciones del Golfo de Nápoles y de la Costiera Amalfitana: Nápoles, Capri, Ischia, Positano, Maiori y Amalfi, por citar las más productivas.
Sabores tradicionales El limoncello es un licor que nos recuerda el gusto de lo tradicional, de aquellas cosas buenas que preparan en casa las abuelas. Son tradiciones que, de subsistir, lo han hecho en las pequeñas comunidades aleladas del ajetreo y las prisas de la gran ciudad.
De hecho, en la zona de Sorrento es habitual transmitir, de madres a hilas, antiguas y polvorientas libretas escritas a mano, donde se anotan, con todo lujo de detalles, viejas recetas fruto de la experiencia de generaciones pasadas. 

Recuerdo muy gratamente las noches de verano que pasaba en la L'eliana (Valencia), junto a mi amiga Napolitana "Concceta Bilfiore", degustando este agradable licor y cuya elaboración artesanal hacia con  el mayor esmero, transportándonos a su tierra natal "Torre del Greco", tierra, gastronomía y costumbres, las cuales tube el gusto de conocer junto a ella. Saludos; Mickey Requena.